Tan platónico como inofensivo
Una sonrisa, un buenos días, un... ¿quieres la mitad de mi pan?
Hay cosas que nunca son y que si lo fueran perderían el encanto, un encanto pasajero que termina en el encuentro fugaz de un saludo cordial.
Hay cosas que nunca son y que si lo fueran perderían el encanto, un encanto pasajero que termina en el encuentro fugaz de un saludo cordial.
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