Fragmentos

Y después de llorar comprendí... que hay lobos con piel de lobo,  lobos con piel de oveja,  ovejas con piel de lobo,  y ovejas como yo. Ovejas que se dejan guiar y que se quedan calladas, que son utilizadas por su lana y cuando no tienen nada que dar, son desechadas. El problema conmigo es haber callado durante tantos años. Quizás es momento de dejar de ser oveja, pero no para volverme lobo, sino para volverme león. El león dormido durante tantos años, que ha preferido el silencio y el disfraz blanco para pasar desapercibido, pero que sabe que ha llegado su momento de brillar. Soy un león en busca de ser un niño, esa última transformación de Nietzsche. Porque después de eso, ya nada volverá a ser como antes.  Ya no quiero mi pasado.