Ella refleja todo lo que siente, es extraña, sufre con el sufrimiento del otro, sufre consigo misma, perdona pero no se perdona... Ella es así, dulce, sincera, impulsiva. Ella ama, ama siempre, pero no sabe cuándo dejar de amar, cuándo ese amor lastima.

Ella está triste y llora, busca ese instante en que todo cambió y no lo encuentra, pero sabe que todo pasa y el dolor sana, las heridas cierran y la sonrisa vuelve y ahí donde vuele, es donde nace el amor; ese amor que brota de la propia existencia, de la razón de ser amada por su padre del cielo, de aceptarse como es, de perdonarse y de volver a girar el rumbo de su vida.

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