No, si cuando quiero, quiero...

Es que generalmente intentas comerte el mundo a bocados grandes y  te llenas a la primera mordida, pero cuando lo saboreas parte por parte, aprendes a disfrutarlo. Con un poquito de miel o a veces con tantita sal. Lo más divertido es cuando gira y te hace cosquillitas en la panza...

Descansar la mente para que el cerebro respire las ideas y los pulmones repartan las neuronas por todas las venas. Para que el corazón digiera cada emoción y el estómago se enamore de cada latido. Así es la vida, tan simple como la puedo ver el día de hoy.


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