Ansiedad

Eres igual de tonta que impulsiva, no puedes pensar cuando te ciegan las ansias. Debes saber que no es lo mismo, una oportunidad a un momento.
Y ahí estás, tratando de ponerte de pie a resbalones, pensando que es mejor quedarte abajo con las rodillas raspadas, porque duele levantarte.
Pero es que todo tienes que empezar de nuevo... es como tener que elegir otra vez tu guardarropa, seleccionando aquello que nunca pensaste usar, pero que te va mejor. Recorriendo de nuevo tu closet para encontrar aquello que siempre ha encajado contigo y desechar aquello que amas pero no encaja con todo lo demás.
Y comienza a sangrar la rodilla, es cómodo quedarte sentada a esperar, porque el tiempo se agota y sabes que si no haces nada... bueno, en realidad no sabes qué pasará si no haces nada, de lo que sí estás segura es de que no eres quien se sienta a esperar a ver que sucede.


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