No puedo correr y abrazarte, aunque es lo que me gustaría.

Entendí, que no te puedo forzar a ser lo que yo deseo, sé libre y vive tal como lo deseas, yo no tengo nada para poder anclarte.

Quizá en algún futuro, mientras viajamos por el mundo podamos coincidir nuevamente, como aquel día en el café y darnos cuenta que quizá éste tampoco era nuestro momento.

Necesito dejarte libre por el bien de los dos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Piropos para nadadores

...

waaaaaaaaaa