Apreciando el infinito.


Si pudiera abrazar el mar lo estrecharía fuertemente,
abrazaría peces, ballenas, delfines y todo lo que hubiera dentro,
pero sería egoísta y no querría soltarlo
se formaría una larga fila detrás de mi esperando abrazarlo también.
Si pudiera abrazar el mar, después querría abrazar el mundo y el universo y lo demás
pero he aprendido a disfrutar lentamente cada pedazo de vida, cada organismo unicelular.
Si pudiera abrazar el mar me dolerían los brazos de tanto hacerlo, por eso prefiero hincarme sobre la arena y elevar mis brazos al cielo para abrazar a Dios y darle gracias por el maravilloso regalo que nos da cada día.

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