Una tarde en el café de siempre.


- Recuerdas Laura, ¿cómo, cuándo, quién lo descubrió?

- No - me dijo- pero debí haber sido yo, curioseando algún lugar para tratar de juntarnos. Solíamos venir los 4, aunque a veces era difícil convencerlo a él ya que nunca le gustó salir, jugábamos o charlábamos por largas horas, una vez llegamos a las 2 y nos fuimos cuando estaban a punto de cerrar.

-Debes comer (intervine) tu pollo se enfría, además ellos no son mas que recuerdos.

-Claro, replicó, pero hay algo más allá, en verdad los amé. Entiendo que cada uno siguió su camino, pero en su momento me ayudaron a crecer.

-¡Bah! te abandonaron, ¿no ves?

- No es todo como parece, ellas siguen a mi lado, saben de mi vida y les importo, aún tenemos contacto.

- Pero ¿y él? que tonta debes ser al perdonarlo.

-Tal vez, pero la moneda siempre tiene dos caras, prefiero dejar de lado los recuerdos que hacen daño y vivir en paz, además no todo fue malo. Ellos son irreemplazables.

* Riiing ♪♪ (suena el teléfono)

- Disculpa... ¿decías?

- Quizá (calló por un instante) quizá esto también sea un nuevo comienzo, el de ser viejos conocidos.

- ¿No han comenzado muchas veces?

- Je je, sí, pero mientras haya vida, siempre puede haber otra oportunidad. Las personas sí cambian, YO lo hice.



No lo arruines esta vez, que yo trataré de hacer lo mismo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Piropos para nadadores

... compartiendo barbies