En un día de lluvia

- A veces las tonterías se salen de control, como aquel día en que una niña
ingenua se subió al carro de dos extraños y sobrevivió sin ningún rasguño -


Dejé la ingenuidad de lado, así como dejé de ser la niña a la que protegías, absurdamente la lluvia me recuerda a ti, mil historias que le conté a mi amiga y se rió de tantas ocurrencias que no comprendió cómo pudo llegar el punto en que se volvió un desastre. Todo era tan lindo, como una fantasía que no podía dejar de existir, como cuando abres los ojos y descubres que estabas soñando...

Dejé la ingenuidad de lado, así como la vida de princesa y aprendí que los miedos se van cuando los enfrentas, que el amor es como la materia, sólo se transforma, que aún y cerrando los ojos, chocando los talones y deseándolo mil veces, no pude llegar a odiarte. No es que tenga más peso lo bueno, sino que mi amor por ti era aún más grande.

Dejé la ingenuidad de lado y disfruté enormemente saber que después de la guerra llegó la paz, no sólo a mi vida, sino también a la tuya, que la vida nos sonríe después de las tormentas, que pude perdonarte todo pero también supe cómo dejarte ir, que no sólo yo he cambiado y que el pasado es lindo cuando no duele y te hace sabio cuando te deja un aprendizaje.

Pero guardé un poco de mi ingenuidad para esperar el mes de julio.

Siempre fuiste y serás alguien muy importante en mi vida.

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