Morelia

Eramos felices, disfrutamos mucho ese mundo desconocido. La ilusión de esa experiencia que pintaba a ser algo maravilloso. Se perdió la sonrisa y con ella la ilusión, incluso parte de nuestra juventud. Es cierto que maduramos y crecimos, pero... a qué precio.

Está a punto de cerrarse lo que hace casi un año comenzamos.

Sólo Dios sabe que nos deparará ahora la vida.

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